Con campañas externas, donantes voluntarios y una logística precisa, la Red de Medicina Transfusional garantiza sangre segura y disponible para quienes más la necesitan en los hospitales públicos porteños.
Cada gota cuenta, y en la Ciudad hay una red que lo sabe. La Red de Medicina Transfusional del Ministerio de Salud trabaja todos los días para que ningún paciente se quede sin sangre en el momento crítico en que la necesita. Detrás de cada transfusión exitosa hay un equipo humano, profesional y comprometido que organiza, procesa y distribuye hemocomponentes a quirófanos, terapias intensivas, guardias y servicios oncológicos de los hospitales públicos porteños.
“La sangre no se fabrica, solo se dona. Y para eso, necesitamos de un sistema sólido, pero también de una sociedad solidaria. Por eso trabajamos en red y salimos a buscar a los donantes, allí donde estén”, me explicó una de las médicas hemoterapistas mientras recorría una de las campañas externas organizadas por la Red.
Cuerpo: ¿Qué pasó?
La Ciudad de Buenos Aires cuenta con una estructura sanitaria de vanguardia cuando se trata de garantizar sangre segura y disponible. La Red de Medicina Transfusional es el engranaje clave en ese sistema. Se trata de un equipo multidisciplinario que incluye:
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Médicos y médicas especialistas en hemoterapia.
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Técnicos de laboratorio capacitados en la extracción y conservación de sangre.
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Bioquímicos responsables del análisis de cada unidad donada.
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Promotores comunitarios que sensibilizan sobre la donación.
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Personal administrativo que articula campañas y logística.
En lo que va del año 2024, la Red organizó 131 campañas de donación externas, alcanzando a más de 6.500 donantes voluntarios. En todas ellas, la tasa de donación altruista fue del 100%, un contraste claro con los hospitales, donde aún predomina el modelo de donación por reposición (es decir, cuando se dona para un familiar o conocido específico).
Estas campañas no solo garantizan reservas estables de hemocomponentes, sino que también construyen cultura solidaria. Se realizan en instituciones públicas, empresas privadas, universidades, iglesias, clubes barriales y todo tipo de organizaciones sociales.
Además, y en coordinación con el INCUCAI, se promueve la inscripción en el Registro Nacional de Médula Ósea, fundamental para sumar potenciales donantes de células progenitoras hematopoyéticas, vitales en tratamientos contra enfermedades como leucemias o linfomas.
Ser donante de sangre es mucho más simple de lo que muchos creen. Los requisitos básicos son:
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Tener entre 16 y 65 años.
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Pesar más de 50 kg y gozar de buena salud.
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Presentar DNI, CI o pasaporte.
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No concurrir en ayunas.
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Dejar pasar al menos 8 semanas entre una donación y otra.
Para quienes quieran sumarse, pueden consultar el cronograma de campañas abiertas en www.donarg.com.ar, sacar turno online o escribir a redmedtransfusional@buenosaires.gob.ar si desean organizar una jornada de donación en su institución.
Este sistema de trabajo no solo abastece con eficiencia los bancos de sangre hospitalarios, también es una muestra de cómo la salud pública puede nutrirse del compromiso social. Porque donar sangre es un gesto individual que salva vidas colectivamente.
Desde Retirooweb, doy fe de que detrás de cada bolsa de sangre hay más que glóbulos y plaquetas: hay humanidad, organización, y sobre todo, una red de gente que cree que ayudar al otro no es un acto heroico, sino cotidiano. Y eso, créanme, también nos da vida.