Retiroweb camina por una joya escondida de la ciudad: una plazoleta que, a pesar de su tamaño modesto, encierra capítulos clave de la historia argentina.

En medio del tránsito elegante de la Avenida Alvear y el murmullo de la calle Arroyo, la Plazoleta Carlos Pellegrini resiste al olvido con su monumento imponente, una obra de arte y memoria que muchos porteños caminan sin mirar.

“Cada rincón de esta ciudad tiene una historia. Lo que ocurre es que a veces caminamos tan apurados que dejamos de mirar”, me dice un vecino del barrio, mientras toma un café frente a la sede del Jockey Club. No puedo evitar coincidir: la Plazoleta Carlos Pellegrini es uno de esos lugares que merece ser redescubierto.

Como cronista urbano, me detengo en esta plazoleta triangular que parece querer pasar desapercibida, pero no lo logra. Está ubicada estratégicamente entre la sofisticación de la Avenida Alvear y el pulso tranquilo de la calle Arroyo. Allí, en una pequeña porción de tierra y verde, se levanta desde 1914 el monumento que honra a Carlos Pellegrini, presidente argentino entre 1890 y 1892, pero también mucho más que eso.

  • El monumento es obra del escultor francés Félix Coutan, el mismo que dejó su marca en otros rincones de Europa con un estilo academicista y solemne.

  • Fue inaugurado hace más de un siglo, con ceremonia y aplausos, en una Buenos Aires que buscaba consolidar su identidad institucional y rendir culto a sus estadistas.

  • Carlos Pellegrini, el homenajeado, es una figura clave en la historia nacional: fundó el Banco Nación, pieza fundamental del sistema financiero argentino, y el Jockey Club, símbolo de la élite porteña.

Este detalle no es menor. La sede original del Jockey Club se encuentra justo enfrente, como si el monumento y el edificio se miraran mutuamente, sellando con arquitectura y mármol una parte del alma del barrio de Retiro.

La plazoleta misma es modesta, casi discreta. Pero no le falta belleza: bordes prolijos de césped, una arboleda que ofrece sombra, y bancos que invitan a detenerse. Está lejos del bullicio turístico, pero cerca del patrimonio. Eso la hace especial. Los turistas tal vez pasen sin notarla, pero para quienes sabemos leer las señales del paisaje urbano, este es un punto neurálgico de memoria y poder.

Una curiosidad: Pellegrini fue apodado “el piloto de tormentas” por su habilidad para navegar crisis políticas y económicas. ¿No es acaso poético que su monumento se ubique en medio de una ciudad tan cambiante, como si siguiera haciendo equilibrio entre el pasado y el presente?

Caminar por la Plazoleta Carlos Pellegrini es reencontrarse con una versión más silenciosa y elegante de Buenos Aires. Allí, donde las calles se cruzan con la historia, el mármol cuenta más de lo que parece. No hay multitudes, ni selfies, ni flashes. Solo el peso noble del tiempo y el legado.

Retiroweb se adentra en la Plazoleta Carlos Pellegrini, un espacio urbano que homenajea al expresidente argentino con un monumento centenario del escultor Félix Coutan. Es una crónica a pie, en primera persona, que revela cómo en una esquina aparentemente común se esconde un punto clave del relato institucional argentino. Lo más atractivo: el contraste entre el olvido cotidiano y la magnitud histórica de este rincón del barrio de Retiro.