En el histórico emplazamiento de la antigua Plazoleta de los Granaderos, el Hito a la Argentinidad Nº 12 rinde homenaje a la Virgen de Luján, cuya imagen ha dejado una huella profunda en la identidad nacional, reflejada en los colores distintivos de los Húsares de Pueyrredón.

Ubicado en la antigua Plazoleta de los Granaderos, hoy parte de la Plaza San Martín, el Hito a la Argentinidad Nº 12 se erige como un emblema del fervor religioso y de la historia argentina. Inaugurado en agosto de 1980, este monumento no solo celebra a la Virgen de Luján, sino que también rememora un capítulo clave de nuestra independencia, al estar vinculado con los Húsares de Pueyrredón, quienes tomaron los colores del manto de la Virgen para confeccionar sus distintivos.

Según nos explica el historiador y experto en patrimonio nacional, Juan Martín Díaz: “El Hito a la Argentinidad Nº 12 no es solo un monumento, es un reflejo de la conexión profunda que existe entre la fe y la historia de nuestro país. Los colores celeste y blanco, extraídos del manto de la Virgen, no solo adornan el estandarte de los Húsares de Pueyrredón, sino que representan la lucha y la unidad de una nación que se gestaba en tiempos de independencia”. La imagen de la Virgen de Luján, cuyo manto celeste y túnica blanca inspiraron la creación de los distintivos de los Húsares, sigue siendo una figura central en el imaginario colectivo argentino.

El Hito a la Argentinidad Nº 12 tiene una significativa relación con los momentos más importantes de la historia de Argentina. Su ubicación, en un punto central de Buenos Aires, no es casual: este espacio, antes denominado Plazoleta de los Granaderos, es el escenario perfecto para rendir homenaje a una figura que marca el inicio de la independencia nacional. El monumento fue inaugurado en 1980 como parte de una serie de hitos que celebran los símbolos patrios y su influencia en la construcción de la identidad argentina.

La figura de la Virgen de Luján, venerada en el país desde el siglo XVIII, se caracteriza por su imagen serena y poderosa. Su manto celeste y su túnica blanca fueron utilizados como fuente de inspiración por los Húsares de Pueyrredón, un cuerpo militar clave en la Revolución de Mayo y la lucha por la independencia. Los húsares, con su distintiva vestimenta, incorporaron estos colores a sus uniformes, los cuales se convirtieron en un símbolo de lucha y resistencia durante esos tiempos cruciales. La coincidencia entre la imagen de la Virgen y los colores de los húsares no solo es un hecho visual, sino también un acto simbólico de unidad y sacrificio.

En su aspecto físico, el Hito presenta una figura elegante y sobria, destacándose la representación de la Virgen de Luján sobre un pedestal que remite tanto a la devoción popular como a la tradición militar. La obra, aunque sencilla en su forma, tiene un alto valor simbólico, al vincular de manera directa la fe religiosa con el sacrificio patriótico.

El simbolismo detrás del Hito a la Argentinidad Nº 12

La importancia de este monumento radica en su capacidad para unir, a través del tiempo, la religión, la cultura y la historia de la independencia. La Virgen de Luján no solo es la patrona espiritual de la Argentina, sino también un símbolo de unidad para un país que, en sus momentos de mayor dificultad, encontró en la fe y el coraje el motor para su liberación. De allí que el Hito a la Argentinidad Nº 12 se convierta en un recordatorio de la conexión entre los elementos espirituales y patrióticos de la nación.

Este monumento es uno de los 12 hitos que forman parte de un recorrido cultural y turístico por la Ciudad de Buenos Aires, diseñado para que los porteños y visitantes puedan comprender de manera profunda los aspectos más representativos de la historia argentina. Además, se ha convertido en un punto de encuentro para diversos actos ceremoniales, en especial aquellos que celebran la independencia y los valores nacionales.

Como punto de interés histórico y cultural, el Hito a la Argentinidad Nº 12 no solo es una obra artística, sino un espacio de reflexión. Los visitantes que se acercan a la Plaza San Martín y se detienen frente a este monumento se sienten atraídos por su silencio y solemne belleza, lo que invita a pensar en la historia del país, sus luchas y logros.

En la misma línea, el monumento también es un recordatorio de la importancia de mantener viva la memoria histórica, no solo para entender el pasado, sino también para proyectar un futuro de unidad y compromiso con los valores que fundaron la Nación. A través de la interacción de la fe, el arte y la historia, el Hito a la Argentinidad Nº 12 se erige como un legado cultural que debe ser preservado y comprendido por las futuras generaciones.

El Hito a la Argentinidad Nº 12 sigue siendo un símbolo perdurable de la relación entre la fe, la historia y la identidad argentina. A través de su representación de la Virgen de Luján y la conexión con los Húsares de Pueyrredón, se reafirma la relevancia de las tradiciones y los valores nacionales en la construcción de un país unido y libre. Este monumento no solo es un homenaje al pasado, sino también una invitación a reflexionar sobre nuestro compromiso con la patria.