River y Boca protagonizarán por primera vez en la historia un cruce oficial en la Liga de Honor Oro de handball masculino. El escenario será el Parque Olímpico de la Ciudad, en un partido que marca un antes y un después para este deporte en Argentina.

Este viernes, el Parque Olímpico de Villa Soldati será sede de un hecho inédito: River Plate y Boca Juniors, los dos gigantes del fútbol argentino, se enfrentarán por primera vez en un superclásico de handball masculino. Un partido que trasciende lo deportivo y se instala como un hito en la historia del balonmano nacional.

“Es una oportunidad única. No solo es histórico para nosotros como jugadores, sino que puede significar un gran impulso para el crecimiento del handball en todo el país”, me dijo con entusiasmo uno de los jugadores de Boca, mientras entrenaban a puertas cerradas en la previa del duelo.

El partido corresponde a la séptima fecha del Torneo Apertura de la Liga de Honor Oro, la máxima categoría del handball metropolitano. Aunque River acumula una rica historia con 17 títulos en 50 años, el cruce con Boca nunca se había dado… hasta ahora.

Eso tiene una razón: Boca Juniors se incorporó al handball metropolitano recién en 2020, y este 2025 es su primer año en la élite masculina. La expectativa que genera este primer choque oficial entre los dos clubes más populares del país en una disciplina distinta al fútbol es enorme. No será un partido más. Y tampoco será una sede más.

El escenario elegido es “La Casa del Handball”, un estadio moderno ubicado en el Pabellón Oceanía del Parque Olímpico, al sur de la Ciudad de Buenos Aires. Este lugar fue construido gracias a un acuerdo entre la Secretaría de Deportes porteña y la Federación Metropolitana de Balonmano, con el objetivo de consolidar un espacio exclusivo y de alto nivel para esta disciplina.

Estuve en el estadio y la atmósfera ya se palpita en los pasillos. La cancha, impecable. El sonido de las pelotas contra el parquet resuena como un eco anticipado de lo que será una jornada intensa. Los técnicos afinan detalles, los jugadores ajustan movimientos, y en las tribunas, los organizadores cruzan dedos para que todo salga perfecto.

Además del partido, este evento pone bajo los reflectores un polo deportivo que viene creciendo silenciosamente. El Parque Olímpico, sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, cuenta con infraestructura de alto rendimiento que cumple con los estándares del Comité Olímpico Internacional. No solo se destaca por “La Casa del Handball”: también incluye “La Casa del Vóley”, dos pistas de atletismo, canchas de hockey sobre césped de agua y un complejo natatorio de nivel internacional.

Entre las novedades más recientes se destaca el Centro de Alto Rendimiento de Patinaje, único en Latinoamérica, con una pista de 500 metros cuadrados que ya recibe entrenamientos y competencias. Y como si fuera poco, en breve abrirán dos espacios clave: un hotel para atletas y un Centro de Medicina Aplicada al Deporte, lo que terminará de consolidar al Parque como una referencia sudamericana en el alto rendimiento.

Por todo esto, este superclásico no es solo un partido. Es la excusa perfecta para que más personas descubran el handball, para que nuevas generaciones se acerquen al deporte, y para que el Parque Olímpico siga posicionándose como cuna de talento argentino.

Como cronista y como hincha del deporte en todas sus formas, me emociona ver cómo el handball gana terreno con una historia tan potente como este River-Boca. Este viernes, más que nunca, los goles no serán solo de fútbol… y eso es una gran noticia para todos.