La Subsecretaría de Ambiente y el Club de Reparadores ponen en marcha el Repara Móvil, una camioneta equipada q
En una época donde lo descartable parece regla, llega una propuesta que desafía el consumo excesivo: “Reparar es Circular”, el nuevo programa porteño que apuesta por alargar la vida útil de lo que usamos todos los días. ¿La herramienta principal? Una camioneta cargada de herramientas, ideas y saberes colectivos: el Repara Móvil, que lleva talleres de reparación a cada rincón de la Ciudad.
Segundo párrafo (cita):
“Reparar no es solo arreglar algo roto, es resignificarlo, volver a darle valor. Con este programa queremos demostrar que otro modelo de consumo es posible, uno que cuide el ambiente y también el bolsillo”, me dijo una de las coordinadoras del Club de Reparadores, mientras abría su caja de destornilladores frente a un grupo de vecinos curiosos.
La iniciativa fue impulsada por la Subsecretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires, en conjunto con el Club de Reparadores, como parte del compromiso local con la Estrategia de Economía Circular. El objetivo es claro: reducir la generación de residuos, promover la reutilización y formar una comunidad que repare antes de descartar.
Yo estuve en uno de los primeros talleres, en una plaza de Caballito. Vi cómo una vecina traía su vieja licuadora, que no usaba hace años, y se iba sonriente con el motor funcionando. A mi lado, un chico aprendía a resucitar el cargador de su celular con ayuda de una técnica y un poco de cinta. Ahí entendí que no se trata solo de herramientas: se trata de transmitir conocimiento, recuperar objetos y repensar nuestros hábitos.
El Repara Móvil es una camioneta equipada con herramientas, insumos y personal especializado que se traslada por los barrios para realizar talleres itinerantes. En estos espacios, los vecinos pueden llevar objetos rotos o en desuso y recibir ayuda para arreglarlos.
Se pueden reparar:
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Pequeños electrodomésticos: pavas eléctricas, licuadoras, secadores, cafeteras.
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Aparatos electrónicos: celulares, cables, cargadores, auriculares.
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Textiles y ropa: prendas para coser o remendar.
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Bicicletas: ajustes básicos, parches y revisión general.
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Libros y cuadernos: empastados, tapas rotas, hojas sueltas.
La propuesta no es solo operativa, sino también pedagógica. No se trata de dejar el objeto y esperar que lo arreglen: se trata de aprender a repararlo, entender cómo funciona, y así empoderarnos como consumidores. Porque cuando sabemos cómo cuidar lo que tenemos, generamos menos residuos y más conciencia.
Según datos de la propia Subsecretaría, la Ciudad genera cerca de 7.000 toneladas de residuos por día, de las cuales una buena parte podría evitarse con estrategias de reutilización. La reparación es una de las herramientas más efectivas para cambiar esa realidad, y por eso el Repara Móvil cobra tanta relevancia.
“El mejor residuo es el que no se genera”, me dijeron en voz baja mientras una vecina aprendía a coser el cierre de su campera favorita. Esa frase me quedó resonando todo el día.
Volver a usar, volver a aprender, volver a conectar con lo que tenemos. “Reparar es Circular” no solo recupera objetos: nos recupera como ciudadanos conscientes, capaces de transformar la forma en que habitamos y cuidamos la Ciudad. Y eso, sin dudas, también vale la pena reparar.