Con una cifra récord de postulaciones, 32 ciudades de 12 países participan en la nueva edición del prestigioso Premio Gubbio. El galardón reconoce proyectos que resignifican y revitalizan el patrimonio urbano de nuestros centros históricos.

La edición 2025 del Premio Gubbio para América Latina y el Caribe batió todos los récords: 46 proyectos provenientes de 32 ciudades de 12 países competirán por este reconocimiento que valora intervenciones ejemplares en centros históricos. Catorce de esas ciudades participan por primera vez, lo que confirma el creciente interés por recuperar el patrimonio urbano y resignificar el pasado desde una mirada contemporánea.

“El Premio Gubbio no sólo celebra las obras bien ejecutadas, sino también las ideas, las formas de gestión y los modelos de participación ciudadana que las sostienen. En cada edición vemos cómo crece el compromiso de las ciudades con su identidad y su historia”, sostienen desde la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, una de las instituciones que impulsa esta distinción en la región desde 2009.

El Premio Gubbio, creado en 1990 por la Asociación Nacional de Centros Históricos y Artísticos de Italia (ANCSA) para Europa, se extendió a América Latina y el Caribe hace más de una década. Hoy se ha consolidado como una plataforma de referencia en la protección patrimonial y la valorización urbana.

En esta edición, los números hablan por sí solos:

  • 46 proyectos presentados, casi el doble que en ediciones anteriores.

  • 32 ciudades participantes, de las cuales 14 se suman por primera vez, lo que da cuenta de un notable crecimiento regional.

  • 12 países representados, incluyendo a México, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, Perú, República Dominicana, Bolivia, Uruguay y Argentina.

Las 14 ciudades debutantes son:

  • México: La Paz

  • Brasil: Suzano

  • Costa Rica: Cartago

  • Chile: Alto Hospicio

  • Ecuador: Portoviejo

  • República Dominicana: Santo Domingo

  • Uruguay: Durazno y Juan Lacaze

  • Argentina: Nono (Córdoba), Paraná (Entre Ríos), Trujillo y Trinidad (San Juan), San Fernando y San Isidro (provincia de Buenos Aires)

Por otro lado, hay ciudades que vuelven a competir con nuevos proyectos, consolidando su trayectoria en el campo patrimonial:

  • Bolivia: Sucre

  • Brasil: Recife y São Luís

  • Colombia: Bogotá, Cartagena de Indias, Ciudad de Colombia

  • Costa Rica: San José

  • Cuba: Camagüey, La Habana, Varadero

  • Chile: Iquique, Santiago

  • Ecuador: Quito

  • México: Ciudad de México, Puebla

  • Perú: Arequipa, Lima, Trujillo

  • Uruguay: Montevideo

  • Argentina: Ciudad Autónoma de Buenos Aires

El Premio Gubbio no sólo reconoce obras físicas, sino también el enfoque con el que se planifican y ejecutan. Esto incluye:

  • Proyectos de recuperación y regeneración del patrimonio edificado.

  • Nuevas arquitecturas que dialogan respetuosamente con paisajes históricos.

  • Iniciativas de gestión urbana y territorial con perspectiva patrimonial.

  • Modelos innovadores de participación ciudadana y sostenibilidad cultural.

Detrás de cada postulación hay una historia particular. Algunas iniciativas restauran edificios emblemáticos; otras reviven espacios públicos olvidados, y muchas trabajan en clave comunitaria, integrando la cultura viva con el entorno construido. Lo que las une es una visión compartida: la de que los centros históricos no son museos congelados, sino territorios activos que deben ser habitados, reinterpretados y revitalizados.

Desde Retiroweb hemos seguido de cerca el desarrollo de este premio en los últimos años. No es menor que Buenos Aires —ciudad que colabora desde 2009 con la ANCSA y la Oficina del Historiador de La Habana— sea parte esencial de la organización. En un continente donde las tensiones entre progreso y memoria son constantes, el Premio Gubbio aparece como una herramienta concreta para pensar un futuro con raíces.

Como periodista de Retiroweb, me toca ver de cerca cómo nuestras ciudades intentan conciliar crecimiento urbano con identidad. Este premio no celebra solo lo que se restaura, sino también lo que se resignifica. Y en tiempos donde lo nuevo suele aplastar lo viejo, es una gran noticia que tantas ciudades elijan mirar hacia atrás para construir hacia adelante.