En el barrio de Retiro, la Parroquia San Marón se erige como el refugio de miles de fieles que profesan el Rito Maronita. Un espacio donde la tradición cristiana se entrelaza con las costumbres del Líbano, creando una experiencia única que mantiene vivas las raíces históricas de una comunidad creciente. Retiroweb estuvo allí para ser testigo de este encuentro de fe, cultura y pertenencia en Paraguay.
En pleno Paraguay, en el número 834 de la calle que lleva el mismo nombre, la Parroquia San Marón, un refugio de fe y comunidad, revive la tradición del Rito Maronita, una práctica ancestral del Líbano que ha llegado a estas tierras para quedarse. Este rito, que fusiona lo litúrgico con lo cultural, es el ancla de una comunidad maronita en constante crecimiento, la cual busca preservar su identidad y conectar con las nuevas generaciones. En un evento reciente, celebrando la festividad de San Marón, se abrió un espacio para reflexionar sobre lo que significa mantener una tradición viva en el siglo XXI, en un mundo que cambia a un ritmo vertiginoso.
“Venir aquí, a esta parroquia, no solo es un acto religioso, sino también un regreso a nuestras raíces, a nuestra historia”, dijo Nadia Azar, miembro activa de la comunidad maronita, mientras observaba cómo los fieles se congregaban en el altar para la misa especial. “Nos sentimos parte de algo más grande que nosotros mismos, algo que nos conecta con nuestros antepasados y con nuestro Líbano, aunque estemos miles de kilómetros de distancia”. La emoción de las palabras de Nadia refleja la esencia de lo que significa ser parte de esta comunidad en Paraguay.
El evento celebrado en la Parroquia San Marón no solo fue una misa especial, sino también una oportunidad para acercarse más a la cultura maronita. A través de la liturgia, el canto y la comida típica, los feligreses revivieron costumbres centenarias que se preservan en cada detalle, desde la música de la iglesia hasta la vestimenta de los asistentes. Con el respaldo de la comunidad local, la parroquia ha logrado mantenerse fiel a su misión de ser un faro de la tradición maronita, mientras fomenta la integración de las nuevas generaciones a través de actividades sociales y educativas.
La presencia del Rito Maronita en Paraguay no es un fenómeno nuevo, pero ha ganado protagonismo en los últimos años debido a la creciente diáspora libanesa en América Latina. En Paraguay, los maronitas han encontrado en la Parroquia San Marón no solo un lugar para rezar, sino un espacio donde compartir sus vivencias y mantener vivas las costumbres del Líbano, al mismo tiempo que se integran a la vida paraguaya. Un proceso que no siempre es fácil, pero que, como destaca el padre Elias Hachem, “nos permite ser puente entre dos mundos: el de nuestra tierra natal y el de la que nos acoge”.
En este contexto, la parroquia ha experimentado un incremento significativo en la asistencia, especialmente entre los jóvenes. Según las cifras proporcionadas por los organizadores, la participación juvenil en las actividades de la iglesia ha aumentado un 30% en los últimos dos años. Esto demuestra que la conexión con las raíces y la comunidad sigue siendo relevante, incluso en un país que, aunque lejano a Oriente Medio, ha abrazado la diversidad cultural con los brazos abiertos.
Algunas de las actividades que más se destacan son los cursos de árabe, organizados para que las nuevas generaciones no pierdan el contacto con la lengua de sus abuelos, y los eventos culinarios, donde se sirven platos típicos libaneses que permiten a todos los presentes sumergirse en la cultura gastronómica del Líbano. Además, el coro maronita, que canta durante las misas y festividades, sigue siendo uno de los mayores atractivos de la parroquia, con jóvenes y adultos que ponen su talento al servicio de la fe.
La Parroquia San Marón se consolida así como un pilar fundamental para los maronitas en Paraguay, no solo como un centro de adoración, sino como un lugar de encuentro y preservación cultural. En tiempos de globalización, donde muchas tradiciones tienden a perderse, este templo se convierte en un bastión de identidad, donde la fe y la cultura libanesa continúan floreciendo. Para Retiroweb, el poder contar y compartir historias como estas, es un honor que nos permite conectarnos con la esencia misma de nuestra humanidad.