El Jefe de Gobierno porteño reunió a todo su gabinete tras los resultados electorales y planteó una autocrítica profunda, nuevos ejes de gestión y un llamado al compromiso: “Vamos a ordenar, reformar y modernizar lo que haga falta”.

Luego del revés electoral, Jorge Macri reunió a su gabinete ampliado y fue contundente: “Escuchamos el mensaje de los vecinos. Para nosotros empieza una nueva etapa”. Con una fuerte autocrítica, el Jefe de Gobierno porteño anunció una reorientación de su gestión centrada en cinco ejes estratégicos y convocó a sus funcionarios a “recuperar el fuego” y “militar la gestión con orgullo y pasión”.

“No pudimos conectar con el vecino como históricamente lo supo hacer el PRO”, reconoció Macri frente a sus funcionarios en el auditorio de Belgrano. “Escuché el mensaje con claridad. Por eso estoy convencido de que estamos ante un nuevo punto de partida”.

Como periodista que cubre la política de la Ciudad desde hace años, no recuerdo un gesto de autocrítica tan directo de parte de un jefe de Gobierno porteño como el que presencié hoy. Jorge Macri no solo reconoció errores, sino que también trazó el camino que pretende recorrer de aquí al final de su mandato.

Desde su lugar, apuntó que la campaña electoral en la Ciudad se desdibujó al nacionalizarse y que eso los “sacó del eje local”, una desconexión que, según admitió, alejó al oficialismo de la sensibilidad de los porteños.

En su discurso, Macri dejó claro que no bastan los diagnósticos, sino que se necesitan decisiones firmes:

  • Orden público, seguridad y limpieza: prioridad absoluta. El jefe de Gobierno afirmó que “reafirmar el orden es, en primer lugar, una decisión política. Y la vamos a tomar”.

  • Cuidado integral: reforzar el acceso y la calidad en salud, educación, desarrollo humano y políticas para personas con discapacidad.

  • Movilidad: un sistema de transporte “ágil, eficiente y bien conectado”.

  • Cultura, deporte y turismo: como pilares de identidad y desarrollo económico.

  • Reforma del Estado: simplificación y reducción de la burocracia. “Buenos Aires necesita un Estado en reforma permanente”, señaló.

Macri también pidió a cada funcionario que detecte trámites innecesarios, procesos que puedan eliminarse y puntos de contacto que mejoren la vida del vecino. “No hay más excusas. Los porteños nos pidieron cambiar”, enfatizó.

Una frase que me quedó grabada fue cuando dijo: “La Ciudad no necesita solamente administradores, sino líderes que tomen decisiones”. Ahí entendí que, más allá de las palabras, busca una gestión con sello propio, en donde las estructuras estáticas cedan lugar a una administración dinámica, que actúe, no solo reaccione.

La vicejefa Clara Muzzio acompañó el encuentro, en un gesto que refuerza el mensaje de unidad. Pero el tono fue claro: más que un cierre de filas, se trató de un llamado a la acción concreta y al sacrificio para revertir el clima de descontento.