El Jefe de Gobierno de la Ciudad presentó un proyecto de ley en la Legislatura para endurecer las sanciones contra los trapitos y cuidacoches, con penas de arresto y multas significativas.

En un intento por poner fin a la problemática de los “trapitos” en la Ciudad, Jorge Macri presentó un proyecto de ley que propone modificar el Código Contravencional de la Ciudad para imponer sanciones más severas a aquellos que sin autorización legal ofrezcan servicios de estacionamiento, cuidado de vehículos o limpieza de vidrios en la vía pública. Según Macri, esta medida es crucial para combatir la extorsión y los actos delictivos relacionados con los cuidacoches, quienes, según el jefe de gobierno, “se creen dueños de la calle” y operan como una “mafia” que extorsiona a los conductores. “Vamos a terminar con la mafia de los trapitos. Se creen dueños de la calle: extorsionan, aprietan y roban. No va más, acá se les acabó el negocio”, afirmó Macri, dejando en claro su determinación de erradicar esta práctica.

El proyecto, que será tratado en la Legislatura porteña, establece que quienes presten servicios de estacionamiento o limpieza de vidrios sin autorización enfrentan sanciones que van desde 5 a 30 días de arresto, hasta 10 a 45 días de trabajos de utilidad pública o multas de entre 800 y 4.000 unidades fijas. Además, aquellos que cometan estas contravenciones podrán ser sancionados con la prohibición de acercarse o concurrir al lugar donde cometieron la infracción, lo que refuerza la intención de eliminar la actividad en zonas específicas.

“El espacio público debe ser para todos, no para unos pocos que extorsionan y perjudican a la comunidad. Necesitamos recuperar el control de nuestras calles y garantizar la seguridad de los vecinos”, explicó el Jefe de Gobierno en una conferencia de prensa, resaltando que este proyecto no solo busca castigar a los infractores, sino también prevenir las situaciones que deterioran la convivencia y la seguridad en los barrios de la Ciudad. Con la medida, Macri busca enviar un mensaje claro a aquellos que siguen aprovechándose de los conductores vulnerables y a las instituciones que pudieran estar vinculadas con estas prácticas ilícitas.

El alcance del proyecto también incluye medidas más severas en áreas específicas, como los alrededores de grandes parques o eventos de gran magnitud, como conciertos y partidos deportivos. En estos casos, las sanciones se endurecen. Quienes ofrezcan servicios no autorizados en un radio de 30 cuadras de estos eventos, desde tres horas antes hasta dos horas después de su finalización, enfrentarán sanciones de entre 10 y 45 días de arresto. Para los jefes, organizadores o coordinadores de estas actividades ilegales, las penas se elevan a un máximo de 60 días de arresto. Además, si se demuestra que algún club o institución está vinculado de forma directa o indirecta con los trapitos, la sanción será una multa de entre 5.000 y 20.000 unidades fijas, junto con la clausura temporal de sus instalaciones, que podría variar de 15 a 60 días.

Este endurecimiento de las penas se da en un contexto donde las autoridades buscan reforzar la protección de los espacios públicos. Desde que la práctica de los trapitos comenzó a aumentar en varias zonas de la ciudad, los vecinos y comerciantes han denunciado el impacto negativo que esta actividad tiene en la seguridad y el orden público. La presencia de estos grupos no solo provoca inseguridad, sino que también genera conflictos con los automovilistas, que se sienten extorsionados y sin opciones más que pagar para estacionar sus vehículos. El proyecto de ley, por lo tanto, busca restaurar el orden y garantizar que los espacios públicos sean utilizados de manera adecuada y segura para todos los ciudadanos.

A través de esta modificación del Código Contravencional, el gobierno porteño pretende dar una respuesta efectiva a una demanda creciente de los vecinos de la Ciudad, quienes han manifestado su preocupación por la proliferación de esta actividad. Las sanciones propuestas no solo apuntan a los individuos involucrados en estos actos ilícitos, sino también a las instituciones que puedan colaborar, directa o indirectamente, con la perpetuación de este fenómeno. Para Macri, es imprescindible acabar con la impunidad de los “trapitos” y devolverles a los vecinos el control sobre las calles y los espacios públicos.

Este proyecto, sin duda, marcará un antes y un después en la lucha contra la mafia de los trapitos en Buenos Aires, poniendo fin a una práctica que ha sido durante años un dolor de cabeza para los vecinos y una amenaza para la convivencia urbana. La respuesta será clara: quienes violen la ley tendrán que enfrentar las consecuencias. Así, la Ciudad da un paso más hacia la recuperación del espacio público y la tranquilidad de quienes viven y transitan por sus calles.