Con intervenciones artísticas, viajes patrimoniales y una fuerte participación vecinal, el Gobierno porteño transformó las estaciones del subte en escenarios vivos de identidad nacional. Más de 11 mil personas se sumaron a los festejos del 9 de Julio en una jornada tan original como emotiva.

En Retiroweb lo vivimos en primera persona: este 9 de julio, la ciudad no solo se vistió de celeste y blanco en plazas y avenidas, sino también bajo tierra. Las estaciones del subte se convirtieron en escenarios de celebración, con la Banda Militar “Tambor de Tacuarí” tocando en la Línea D y una experiencia única de viaje histórico en los antiguos coches “brujas” de la Línea A. Un festejo distinto, vibrante y lleno de orgullo argentino.

“Queríamos que los vecinos vivieran el Día de la Independencia con el corazón, en lugares cotidianos, donde puedan reencontrarse con la historia”, nos cuenta emocionado Mauro Alabuenas, vicepresidente de SBASE, tras bajar de uno de los coches patrimoniales en la estación Perú. Y lo lograron: miles de personas participaron, cantaron y compartieron un momento que mezcló presente y pasado con sensibilidad y creatividad.

Como cronista de Retiroweb, suelo recorrer estaciones y túneles con ojos atentos. Pero esa noche fue distinta. La energía era palpable, los vagones vibraban no solo con el traqueteo de las vías, sino con la emoción de cientos de personas que cantaban el Himno Nacional, ondeaban banderas y se sumergían en una experiencia profundamente patriótica.

La jornada comenzó el martes 8 de julio por la noche, cuando la reconocida banda militar “Tambor de Tacuarí” del Regimiento de Infantería 1 “Patricios” sorprendió a los pasajeros en las estaciones Palermo y Pueyrredón de la Línea D, y luego durante el trayecto hasta 9 de Julio.
Las canciones patrias se mezclaron con los sonidos del subte, y el resultado fue una postal inesperada: ojos brillosos, teléfonos grabando, abrazos espontáneos y aplausos que resonaban como latidos colectivos.

Este gesto artístico, coordinado entre el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), fue anticipado por redes sociales, lo que permitió que muchos vecinos se acercaran especialmente para no perderse la experiencia.

Pero sin dudas, el momento más esperado se vivió en la estación Perú de la Línea A, donde tuvo lugar el ya emblemático Paseo Histórico a bordo de los coches La Brugeoise —aquellos míticos vagones de madera, testigos silenciosos de la historia del subte porteño—.
Más de 11 mil personas se inscribieron para participar. Los afortunados sorteados pudieron disfrutar de:

  • Una réplica de la Casa Histórica de Tucumán montada en el andén.

  • Chocolate caliente y escarapelas para todos los presentes.

  • Un recorrido guiado que narró la gesta independentista desde una mirada cercana y sensible.

  • Un momento solemne de entonación del Himno Nacional, en un ambiente cargado de emoción.

También hubo espacio para la memoria ferroviaria: se compartieron datos sobre el origen belga de los coches “brujas” y su valor patrimonial. De hecho, entre los presentes estuvo Francis Sobry, encargado de Negocios de la Embajada de Bélgica, quien celebró esta revalorización histórica junto a los funcionarios porteños Mauro Alabuenas y Diego Enríquez, Director General de SBASE.

Desde el GCBA se remarca que esta propuesta se inscribe dentro de una visión más amplia de servicio público, donde la cercanía, la identidad y la participación ciudadana se consolidan como valores centrales.

No es solo un acto conmemorativo. Es también una forma de acercar la historia a las nuevas generaciones, de resignificar espacios urbanos y de profesionalizar la experiencia ciudadana en cada rincón de la Ciudad, incluso bajo tierra.

Desde Retiroweb celebramos este cruce entre lo cotidiano y lo simbólico. Porque cuando el subte se convierte en escenario de la historia, la ciudad se vuelve más nuestra, más viva, más consciente de su pasado y de su gente.