Tras 88 años de espera, el símbolo más icónico de la Ciudad inaugura su mirador panorámico con un ascensor de última generación. Una experiencia que cambia para siempre la manera de mirar Buenos Aires.

Desde este abril, el Obelisco porteño ya no se mira solo desde abajo: se vive desde adentro. Finalizaron las obras del ascensor interno que permite acceder al nuevo mirador ubicado a 67,5 metros de altura, y con él, los porteños y turistas pueden descubrir una vista inédita y privilegiada de la ciudad. El proyecto, que honra el diseño original del arquitecto Alberto Prebisch, transforma al emblema urbano en un nuevo atractivo turístico de clase mundial.

“Este gran proyecto de ingeniería revaloriza uno de los símbolos porteños. El mirador panorámico es un nuevo atractivo turístico que cambiará la manera de ver nuestra Ciudad y su patrimonio, como en las grandes metrópolis del mundo”, expresó el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, al pie del monumento, acompañado por su esposa, María Belén Ludueña.

El Obelisco se ha convertido, literalmente, en una nueva manera de ver Buenos Aires. Subir a su cima ya no es un privilegio reservado a técnicos o restauradores: ahora, cualquier vecino o turista podrá contemplar la ciudad desde su punto más simbólico.

Para acceder al mirador, primero se atraviesa la histórica puerta del Obelisco ubicada en la Plaza de la República. Luego de subir ocho escalones, comienza la verdadera experiencia: un moderno ascensor con un lateral vidriado y otro con pantalla, que permite llegar a lo más alto en apenas un minuto.

🔹 El ascensor fue instalado sin alterar la estructura original del monumento. Ingresó en piezas y se ensambló completamente en el interior.
🔹 Cuenta con anclajes especiales y una escalera metálica en espiral que lo rodea, como vía alternativa en casos de emergencia.
🔹 Tras el ascenso, hay que subir 35 escalones para alcanzar el mirador, compuesto por cuatro ventanas que ofrecen vistas únicas en todas las direcciones.
🔹 La instalación incluyó una adaptación eléctrica interna y una plataforma especial para fijar la escalera y la estructura metálica.

“El ascensor se instaló sin afectar en absoluto al monumento. Acondicionamos instalaciones eléctricas y adaptamos el piso para fijar la escalera caracol y la estructura metálica”, detalló Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana. La vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio, agregó: “Lo que hace especial este lugar es la vista. No hay otro punto en la Ciudad desde donde se pueda verla así”.

Durante mayo, en el marco del aniversario del Obelisco, habrá visitas gratuitas para los vecinos, con cupo limitado. En paralelo, el Ente de Turismo de la Ciudad (ENTUR) ya trabaja en un proceso de licitación para gestionar el funcionamiento del mirador, que incluirá además una propuesta museográfica para contextualizar la historia del monumento y su entorno.

“El mirador nos va a dar la posibilidad de ofrecer a los visitantes una experiencia que va más allá de la típica foto con el monumento. Gracias al trabajo en conjunto con el sector privado, los turistas van a poder acceder a una vista panorámica inigualable”, afirmó Valentín Díaz Gilligan, presidente del ENTUR.

El Obelisco fue inaugurado el 23 de mayo de 1936 para celebrar los 400 años de la primera fundación de Buenos Aires, en el mismo lugar donde se izó por primera vez la bandera nacional en la Ciudad. En aquella ceremonia, el entonces intendente Mariano de Vedia y Mitre definió al monumento como “una materialización del alma de Buenos Aires, que va hacia las alturas”.

Hoy, casi nueve décadas después, esas palabras cobran una nueva dimensión. Yo subí al Obelisco. Miré desde su corazón, por sus ojos de concreto. Y por primera vez, sentí que Buenos Aires no solo se camina: se escala, se contempla y se redescubre desde las alturas. Como en los sueños, ahora la ciudad también se mira desde el cielo.