El Museo Nacional y Centros de Estudios Históricos Ferroviarios Raúl Scalabrini Ortiz se presenta como un homenaje a la historia del ferrocarril en Argentina. Con objetos de gran valor histórico y un vasto patrimonio ferroviario, este museo permite a los visitantes realizar un viaje al pasado y revivir momentos clave de la historia ferroviaria nacional.

El Museo Nacional y Centros de Estudios Históricos Ferroviarios Raúl Scalabrini Ortiz, ubicado en Avenida del Libertador 405, es un punto de referencia clave para comprender la historia del ferrocarril en Argentina. Iniciado en 1968 con motivo de una exposición en la Estación del Retiro del Ferrocarril Mitre, el museo guarda un rico acervo de objetos históricos, que incluyen piezas como la vajilla del coche presidencial y la maqueta original de la Estación Once, un verdadero testimonio de la evolución del transporte ferroviario en el país.

“Este museo es un homenaje a la importancia del ferrocarril en la formación de nuestra nación. Cada objeto en nuestras vitrinas cuenta una historia de esfuerzo, de progreso y de conexión entre las distintas regiones de Argentina”, afirma el director del Museo, Enrique Salazar. “Los visitantes pueden sentir, a través de cada pieza, cómo el ferrocarril fue el motor del crecimiento económico y social del país durante más de un siglo”.

El Museo Ferroviario Raúl Scalabrini Ortiz no es solo un espacio físico cargado de historia; es un lugar donde el pasado de Argentina se fusiona con el presente, permitiendo a los visitantes comprender el impacto que el ferrocarril tuvo en el desarrollo de la nación. Iniciado en 1968, como una exposición realizada en la Estación del Retiro del Ferrocarril Mitre, el museo fue tomando forma hasta convertirse en una de las colecciones más importantes sobre el patrimonio ferroviario del país. Lo que en sus primeros días fue una muestra temporal, se consolidó como un museo de referencia, abierto para todos aquellos interesados en entender la historia detrás de las vías que conectaron Argentina de punta a punta.

El edificio donde se encuentra el museo es un antiguo galpón de cargas, que fue reacondicionado para preservar la atmósfera original del lugar mientras se adaptaba a las necesidades de la conservación y exhibición de los objetos. Esta estructura no solo alberga las piezas históricas, sino que también cuenta la historia del propio ferrocarril a través de su arquitectura industrial, la cual evoca el paso del tiempo y el peso de la tradición ferroviaria.

Entre los tesoros que guarda el museo, hay varios objetos que sobresalen tanto por su valor histórico como por su rareza. Uno de los más llamativos es la vajilla del coche presidencial, utilizada por los presidentes argentinos en sus viajes en tren, un reflejo de la importancia del ferrocarril como medio de transporte oficial durante el siglo XX. Este detalle no es menor, ya que el tren no solo transportaba pasajeros, sino que también representaba una muestra de poder y de conexión entre el Estado y las distintas provincias.

Otro de los elementos más valiosos es la maqueta original de la Estación Once de trenes, un modelo detallado de la estación más emblemática de la ciudad de Buenos Aires, que fue una de las principales puertas de entrada de los viajeros y mercancías que llegaban desde el interior del país. Esta maqueta, de un realismo sorprendente, permite a los visitantes ver cómo era la estación en sus primeros años y cómo se fue transformando con el tiempo.

La verja de hierro de la Estación Parque del Ferrocarril Oeste, lugar desde donde partió “La Porteña”, la primera locomotora a vapor fabricada en el país, también es una pieza de gran relevancia. Este histórico sitio no solo fue el punto de partida de la locomotora que marcó el inicio de la revolución del transporte en Argentina, sino que hoy ocupa el lugar donde se encuentra el majestuoso Teatro Colón, uno de los principales íconos culturales del país.

Además, el museo conserva una variada colección de telégrafos, teléfonos, cornetines, campanas, y otros objetos relacionados con las comunicaciones ferroviarias, que eran esenciales para la coordinación de los trenes y la seguridad en las rutas. Estos objetos, ahora históricos, permiten a los visitantes visualizar cómo las tecnologías de comunicación fueron avanzando paralelamente con el desarrollo del ferrocarril.

Los uniformes del personal ferroviario, así como los muebles de los coches de pasajeros y juegos de cocina, aportan una mirada más íntima sobre la vida cotidiana de los trabajadores y pasajeros del tren. Estos elementos no solo son parte del patrimonio ferroviario, sino también testimonios de la moda y el estilo de vida de épocas pasadas.

El museo también tiene una gran importancia como centro de estudios históricos. A lo largo de los años, se ha consolidado como un referente para investigadores, académicos y entusiastas de la historia del ferrocarril. Las exposiciones temporales, las actividades educativas y los programas de difusión permiten que el público en general se acerque a la historia del transporte ferroviario en Argentina, y comprendan su impacto en el desarrollo social, económico y cultural del país.

El Museo Ferroviario Raúl Scalabrini Ortiz está abierto a todos aquellos que deseen explorar la historia del ferrocarril y sus piezas fundamentales. Con un teléfono de contacto (4318-3343), los interesados pueden obtener información sobre las visitas guiadas y los horarios de apertura. Además, el museo cuenta con una programación de actividades y eventos que mantienen viva la memoria histórica ferroviaria, asegurando que las nuevas generaciones sigan aprendiendo y valorando el legado del tren.

En el Museo Ferroviario Raúl Scalabrini Ortiz, cada pieza es un puente hacia el pasado, una ventana que nos permite entender cómo el ferrocarril fue el motor del progreso en Argentina. A través de sus objetos y relatos, podemos viajar en el tiempo y descubrir las raíces de una nación que, gracias a las vías del tren, logró unirse y crecer.