El Gobierno porteño desmanteló este fin de semana más de 120 puestos ilegales en Parque Saavedra. El operativo fue parte de una política sostenida que ya removió a más de 17 mil manteros en distintos barrios. Desde el Ejecutivo aseguran: “El orden no se negocia”.

La Ciudad avanzó con el desalojo de manteros en Parque Saavedra, donde más de 120 puestos ilegales se instalaban sobre la avenida García del Río. Fue un pedido de vecinos y comerciantes formales, y se suma a los operativos ya realizados en Once, Retiro, Constitución, Flores y otros puntos clave.

“Esta era una demanda histórica del barrio. Se vendía cualquier cosa, no había controles ni limpieza, y perjudicaban tanto a los feriantes legales como a los vecinos”, me dijo Marcelo, comerciante de la zona, mientras señalaba el espacio ahora liberado.

Este fin de semana, la Ciudad de Buenos Aires llevó adelante un operativo para desalojar a los manteros que ocupaban ilegalmente el Parque Saavedra, particularmente sobre la avenida García del Río, entre Superí y Freire. Según informaron desde el Gobierno porteño, la medida responde a la necesidad de ordenar el espacio público, garantizar la seguridad y proteger el comercio habilitado.

El operativo se enmarca en una serie de acciones que el Ejecutivo local viene desplegando en distintos barrios para liberar zonas ocupadas por vendedores informales. En el caso de Parque Saavedra, los manteros se instalaban los fines de semana y feriados, entre las 8 y las 18 en invierno, extendiendo su presencia hasta las 21 en verano.

📌 Algunos datos clave del operativo:

  • Se detectaron 30 gazebos, y otros 90 puestos distribuidos entre caballetes y mantas.

  • En total, 120 estructuras fueron removidas.

  • El operativo fue ordenado por la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos Complejos, a cargo de Celsa Ramírez, con la supervisión de funcionarios de alto rango del Gobierno porteño.

  • Estuvieron presentes el jefe de Gabinete, Gabriel Sanchez Zinny, el ministro de Seguridad, Horacio Giménez, y el ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, Ignacio Baistrocchi.

Según cifras oficiales, desde que comenzaron estos procedimientos, ya se han desalojado a más de 17.000 manteros en distintos puntos de la ciudad, lo que —según el gobierno— benefició directamente a más de 1,6 millones de vecinos y comerciantes.

El jefe de Gobierno, Jorge Macri, fue contundente al respecto:

“Sacamos a los manteros de Parque Saavedra y ordenamos el espacio para los vecinos y comerciantes. Era un reclamo del barrio. La feria de manualistas sigue funcionando con normalidad. En la Ciudad, el orden no se negocia.”

Esta aclaración es importante: la feria de manualistas no fue afectada por la medida. Se trata de una feria autorizada, ubicada en la avenida García del Río y Roque Pérez, que cuenta con 310 puestos legales. Allí se ofrecen productos artesanales todos los sábados, domingos y feriados. Además, los jueves y domingos se instala en García del Río al 3300 la Feria Itinerante de Abastecimiento Barrial (FIAB N°4), con productos frescos y precios accesibles para los vecinos.

El propio Jorge Macri amplió:

“Es tan importante entender la magnitud del desorden que heredamos, que ya tuvimos que remover a más de 17 mil manteros. Esto no es solo limpiar una vereda: es recuperar el espacio que nos pertenece a todos.”

No es la primera vez que la Ciudad actúa en este tipo de situaciones. Ya lo hizo en Once, Retiro, Constitución, Liniers, Florida, Flores y en parques como Los Andes, Centenario y Patricios. El objetivo, según afirman, es claro: recuperar la vía pública para que la ciudad funcione de forma ordenada, segura y limpia.

Como vecino que camina la ciudad a diario, no puedo dejar de notar la diferencia entre un espacio tomado y uno recuperado. Donde antes había mantas, acumulación de basura y circulación reducida, ahora se ven familias caminando, feriantes con permisos y una convivencia más saludable. La calle, cuando se ordena, vuelve a ser de todos.

El espacio está despejado, la feria legal funciona y el barrio respira otro ritmo. Tal vez, en esta ciudad tan compleja, el orden no sea un lujo, sino una forma concreta de cuidar lo que somos.