Ante el avance de brotes en la región, la Ciudad activa una campaña intensiva para inmunizar a niños de 6 meses a 4 años. La estrategia combina acceso libre en centros de salud, vacunación en escuelas y un sistema de monitoreo inteligente.

En respuesta a la amenaza latente del sarampión y la rubéola, el Gobierno porteño, en coordinación con Nación y Provincia, lanzó una campaña especial para inmunizar a niños de entre 6 meses y 4 años. La vacunación, gratuita y sin necesidad de orden médica, ya alcanzó a casi 3.000 menores y se apoya en una logística precisa para cerrar brechas en el calendario.

“La vacuna es la herramienta más poderosa que tenemos para frenar el sarampión. Por eso salimos a buscar a los chicos donde están: en las escuelas, en los barrios, en los CeSACs. Queremos llegar a todos y no dejar a nadie atrás”, explicó una funcionaria del Ministerio de Salud porteño, al tiempo que remarcó la importancia del acompañamiento familiar.

Desde que comenzó el brote, las autoridades sanitarias de la Ciudad de Buenos Aires no dudaron en activar todos los mecanismos disponibles para evitar la propagación del sarampión y la rubéola, dos enfermedades que parecían erradicadas, pero que amenazan con regresar si no se mantienen altos los niveles de cobertura de vacunación.

La campaña actual se enfoca en aplicar una dosis adicional de la vacuna doble viral (sarampión + rubéola) a niños de entre 6 meses y 4 años, reforzando su protección y la del entorno. Lo importante: no se necesita orden médica y la aplicación es completamente gratuita.

La estrategia tiene tres pilares centrales:

  • Ampliación del acceso:
    Todas las vacunas están disponibles en hospitales públicos y Centros de Salud y Acción Comunitaria (CeSACs) de la Ciudad. Las familias pueden consultar sedes y horarios en buenosaires.gob.ar/Vacunatorios.

  • Intervención directa en escuelas:
    Equipos de vacunación escolar especialmente formados ya recorrieron 100 instituciones educativas, tanto públicas como privadas, inmunizando a 2.798 niños en apenas seis semanas. Esta acción territorial permitió aumentar el cumplimiento del esquema obligatorio sin interrumpir la rutina escolar.

  • Análisis de datos en tiempo real:
    En conjunto con el Ministerio de Educación, se cruzaron datos de matrícula escolar con el Calendario Nacional de Vacunación para crear un mapa de riesgo vacunal. Esta herramienta tecnológica permite priorizar zonas con menor cobertura y optimizar el recorrido de los equipos sanitarios.

El brote regional de sarampión —una enfermedad altamente contagiosa y potencialmente grave— exige respuestas rápidas, firmes y coordinadas. En este contexto, la Ciudad se propuso alcanzar el 95% de cobertura entre los menores de cinco años, un umbral considerado clave para evitar la circulación viral.

Desde el Ministerio de Salud porteño se insiste en que este esfuerzo no puede sostenerse solo desde el Estado. La participación activa de las familias es esencial: acercarse a vacunar a los chicos, firmar autorizaciones cuando corresponde, y comprender que la inmunización protege no solo a sus hijos, sino a toda la comunidad.

Como cronista de Retiroweb, recorrí algunas de las escuelas donde el equipo sanitario estuvo trabajando. Vi chicos que jugaban despreocupados después de vacunarse, padres que agradecían la atención sin turnos ni trámites, y docentes que acompañaban con entusiasmo. En esos gestos cotidianos se construye la verdadera salud pública: una red de cuidado donde el compromiso colectivo hace la diferencia. Y si hay algo claro, es que prevenir vale infinitamente más que lamentar.