El talento de dos artistas argentinos vuelve a poner al tango en lo más alto: Lautaro Mazza, una de las voces más potentes de la escena actual, y Oscar De Elía, pianista y arreglador de prestigio internacional, representan la fusión perfecta entre la nueva generación y la tradición del género.
En una ciudad que respira música en cada esquina, el tango sigue latiendo con fuerza gracias a artistas como Lautaro Mazza y Oscar De Elía. Mientras uno emociona con su voz profunda y elegante, el otro deslumbra con su piano preciso y sensible. Juntos, encarnan el presente —y el futuro— de un género que es mucho más que una melodía: es identidad, historia y emoción.
“El tango no es nostalgia, es actualidad. Está vivo porque sigue contando nuestras historias”, me dijo Mazza con una sonrisa entre ensayo y ensayo. Y esa frase parece resumir la esencia de su carrera: un artista que honra la tradición, pero no teme renovarla.
Lautaro Mazza se consolidó como uno de los grandes intérpretes del tango contemporáneo. Su voz, cargada de matices, combina la fuerza de los clásicos con una sensibilidad moderna. Desde 2014 es solista de la Orquesta del Tango de Buenos Aires, un espacio reservado solo para los grandes. También es invitado habitual de la Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto” y de la Orquesta del Tango de la Universidad Nacional de las Artes, tres instituciones pilares del tango nacional.
Ganador de los certámenes Hugo del Carril, Cosquín y La Falda, Mazza representó a la Argentina en escenarios internacionales y fue reconocido como Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires en 2014. En 2022 recibió el Premio Homero Manzi, y su paso por el Teatro Colón y la Cumbre Mundial del Tango 2023 confirmaron lo que muchos ya sabíamos: que es una de las voces más importantes del género actual.
Además de su carrera artística, Mazza dedica buena parte de su tiempo a la docencia, formando nuevas generaciones de cantantes en su estudio de Buenos Aires. “Enseñar me conecta con mis raíces. Transmitir lo que aprendí de maestros como Emilce Vasaro y Mario Bracco es una forma de agradecer al tango lo que me dio”, me contó con emoción.
🎹 En el otro extremo del escenario, aunque con la misma pasión, brilla Oscar De Elía, pianista, compositor y arreglador de una trayectoria impecable. Egresado del Conservatorio Beethoven, comenzó su carrera profesional en 1985 e integró orquestas emblemáticas como las de Héctor Vernier, Ernesto Baffa, Carlos Galván, Osvaldo Piro, Alberto Di Paulo y el Octeto Electrónico Astor Piazzolla.
Desde 1994 forma parte de la Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto”, donde fue subdirector en dos períodos (1997–2000 y 2007–2018). Su piano recorrió escenarios de todo el país y del mundo, y su talento como arreglador lo llevó a colaborar con grandes figuras como Silvia Gaudín, Alcira Canda, Reynaldo Martín, Esteban Riera y Zully Goldfarb.
En cada interpretación, De Elía logra algo que pocos consiguen: combinar la precisión técnica del músico académico con la emoción visceral del tango. “El piano, en este género, no acompaña: dialoga. Tiene que respirar junto al cantor”, me dijo en una entrevista reciente, dejando claro por qué es considerado una figura clave del tango contemporáneo.
📊 Algunos hitos destacados de sus trayectorias:
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Mazza fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura Porteña en 2014.
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Ganó los certámenes Hugo del Carril, Cosquín y La Falda.
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De Elía lleva casi 40 años de carrera y más de 20 dentro de la Orquesta Filiberto.
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Ambos participaron en conciertos internacionales que proyectaron al tango argentino al mundo.
Lo interesante de verlos trabajar juntos es cómo se complementan: Mazza aporta la potencia expresiva de la voz, mientras que De Elía construye el universo sonoro que la envuelve. Es una alquimia perfecta, donde cada nota tiene sentido.
A través de su música, ambos artistas muestran que el tango no es solo un género musical: es una forma de entender Buenos Aires, con sus luces, su melancolía y su belleza imperfecta. En tiempos donde lo fugaz parece reinar, ellos apuestan por lo profundo, por lo que perdura. 🎩