El sistema eléctrico que promete viajes más rápidos, menos ruido y una conexión fluida entre el norte y el sur porteños. La prueba ya empezó y marca un antes y un después en cómo nos movemos por Buenos Aires.
Mientras el Trambus avanzaba silencioso por Juan B. Justo, sentí que estaba presenciando algo más que una prueba técnica: era el debut real de un cambio profundo en la movilidad porteña. Un viaje que, de concretarse como promete, reducirá hasta un 40% los tiempos entre Aeroparque y Nueva Pompeya. Sí, 40%. Y lo viví en primera persona.
“Con el Trambus, la línea F y los buses eléctricos que ya funcionan en el Casco Histórico, los vecinos van a poder viajar mejor y más rápido”, dijo Jorge Macri a bordo de una de las unidades, mientras yo escuchaba el motor… o mejor dicho, su ausencia. “Además, vamos a tener una Ciudad más limpia, porque son unidades que no contaminan ni hacen ruido”.
La Ciudad activó esta semana los primeros Trambuses, 100% eléctricos, que comenzaron a circular en modo de prueba. Acá detallo lo esencial, contado desde mi recorrido con técnicos y funcionarios:
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🔋 Son unidades totalmente eléctricas, sin emisiones ni ruido, algo que sorprende cuando uno está adentro.
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🚌 El recorrido inicial se despliega sobre el Metrobus de Juan B. Justo, usando infraestructura ya disponible.
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➡️ Luego continúa por Bullrich, Dorrego, Figueroa Alcorta, Sarmiento y Costanera Rafael Obligado, hasta Aeroparque.
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🚏 Todo en preparación para la línea T1, que unirá Aeroparque con Nueva Pompeya con prioridad semafórica por telemetría para acelerar los tiempos de viaje.
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♿ Las unidades son 100% accesibles: piso bajo, rampas, suspensión neumática y aire acondicionado.
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💳 Incorporan validadores multipago, aceptando débito, crédito y NFT; además tendrán tarifa integrada con el Subte gracias a un descuento automático en cada combinación.
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🛠️ El sistema incluye infraestructura nueva, estaciones icónicas y carriles exclusivos o preferenciales.
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🌱 La Ciudad apuesta a un modelo de movilidad sustentable que complemente la línea F y los buses eléctricos ya activos.
En el interior del vehículo observé su paquete tecnológico, desde pantallas informativas hasta sensores que ajustan la conducción para mejorar seguridad y eficiencia. Los técnicos me explicaron que la telemetría permitirá que los semáforos “reconozcan” al Trambus y le cedan paso, algo que cambiará radicalmente la experiencia de viaje.
Y lo cierto es que se nota: el movimiento es suave, sin tironeos, sin vibración, sin ese rugido clásico de los motores diésel. Arriba, la ciudad parece otra.
Todavía es una prueba, sí, pero el rumbo ya está marcado: más limpio, más rápido y mucho más silencioso. Y si estos primeros kilómetros son un anticipo, la Ciudad está lista para rodar hacia una nueva forma de viajar. 🚋⚡✨